¿Qué es el suelo?
El suelo es la porción más superficial de la corteza terrestre, constituida en su mayoría por residuos de roca provenientes de procesos erosivos y otras alteraciones físicas y químicas, así como de materia orgánica fruto de la actividad biológica que se desarrolla en la superficie.
El suelo es la porción más visible del planeta Tierra, en donde sembramos las cosechas, edificamos nuestras casas y enterramos a nuestros muertos. Se trata de una superficie sumamente variada y multiforme, sobre la cual se producen los fenómenos climáticos como la lluvia, el viento, etc.
De igual manera, el suelo es escenario de complejos procesos químicos y físicos, así como de un ecosistema subterráneo de pequeños animales y abundantes microorganismos, cuya presencia impacta directamente en la fertilidad del mismo.
Los suelos se forman por la destrucción de la roca y la acumulación de materiales distintos a lo largo de los siglos, en un proceso que involucra numerosas variantes físicas, químicas y biológicas, que da como resultado una disposición en capas bien diferenciadas, como las de un pastel, observables en los puntos de falla o fractura de la corteza terrestre.
¿Cómo está compuesto el suelo?
El suelo está compuesto por ingredientes sólidos, líquidos y gaseosos, tales como:
- Sólidos. El esqueleto mineral del suelo se compone principalmente de rocas, como silicatos (micas, cuarzos, feldespatos), óxidos de hierro (limonita, goetita) y de aluminio (gibbsita, boehmita), carbonatos (calcita, dolomita), sulfatos (aljez), cloruros, nitratos y sólidos de origen orgánico u orgánico-mineral, como los distintos tipos de humus.
- Líquidos. Abunda el agua en el suelo, pero no siempre en estado puro (como en los yacimientos) sino cargada de iones y sales y diversas sustancias orgánicas. El agua en el suelo se desplaza por capilaridad, dependiendo de lo permeable del suelo, y trasporta numerosas sustancias de un nivel a otro.
- Gaseosos. El suelo presenta varios gases atmosféricos como el oxígeno (O2) y dióxido de carbono (CO2), pero dependiendo de la naturaleza del suelo puede tener también presencia de hidrocarburos gaseosos como el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O). Los gases del suelo son tremendamente variados.
¿CUANTO TARDA EN FORMARSE UN SUELO?
Los suelos jóvenes, de menos de 10.000-15.000 años, que corresponde aproximadamente al Holoceno, se han formado en unas condiciones del medio, en concreto del clima, muy semejantes a las actuales. Se denominan suelos de ciclo corto, monocíclicos o monogénicos, o simplemente suelos actuales. Por el contrario, a medida que un suelo es más viejo, mayor es la posibilidad de que su evolución se haya visto afectada por los cambios climáticos que han tenido lugar a lo largo del Cuaternario.
De cualquier forma, se puede resumir que si las condiciones son favorables, el material original puede transformarse en un suelo “inmaduro” en un periodo de tiempo relativamente corto, menos de 1.000 años. Esta etapa se caracterizaría por la acumulación de materia orgánica en la superficie y por la escasa alteración.
HORIZONTES
ESTRUCTURA DEL SUELO
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